Misión
Somos una institución educativa que, inspirada en los valores del humanismo cristiano, ofrece una sólida formación académica a través de la vivencia de múltiples experiencias que potencian las diferentes dimensiones de los estudiantes.
Generamos ambientes motivadores para que nuestros alumnos sean protagonistas en la construcción de su proyecto de vida, capaces de comprender y transformar la realidad en un mundo que los necesita.
Como familia “Sanjo”, nos motiva e inspira el legado que recibimos de Santa Francisca Rubatto, comprometiéndonos a trabajar con alegría y valentía por la fraternidad, la justicia social y el cuidado del otro.
Visión
Deseamos que todos, quienes son parte de nuestra comunidad educativa, habiten esta casa con alegría, cercanía, compromiso y participación como colegio Rubattiano.
Nos caracterizaremos por trabajar en equipo para construir diversos escenarios de aprendizaje que enriquezcan la experiencia de cada alumno a través de la creatividad y el dinamismo.
Promoveremos la formación permanente de nuestros educadores y la sinergia institucional para seguir creciendo como referentes.
Propuesta Educativa
La Educación ocurre dentro del marco de una convivencia compleja. Es una acción intencional, social y necesaria para cumplir el propósito de transformación hacia un mejor ser humano.
Como comunidad Franciscana Rubattiana asumimos ese compromiso y buscamos dar respuesta a través de la experiencia de la fraternidad en la diversidad, con alegría y disponibilidad, procurando generar condiciones para el desarrollo integral de cada persona, que la habilite a interpelar su presente y encontrar el sentido de su vida desde una mirada creyente.
Nuestro estilo educativo se centra en el estudiante, quien es único y cumple un rol activo en su proceso de aprendizaje. Nos comprometemos a acompañar el máximo desarrollo de sus potencialidades, atendiendo a la diversidad y ocupándonos de brindarle un espacio donde se sienta cómodo, feliz y seguro.
Asumimos con responsabilidad el rol que juega todo educador de forma intencional o no, en el desarrollo emocional del estudiante. El aprendizaje está directamente vinculado con las relaciones interpersonales que se gestan dentro de la institución educativa; por este motivo nos enfocamos en la construcción de un clima de aula afectivo, donde el adulto con una actitud cálida y honesta genere la confianza que facilita los procesos exitosos de enseñanza y aprendizaje. Esto condice con el concepto de MINORIDAD, que nos interpela a construir relaciones fraternas en las que ninguna persona es más que otra, todos somos igualmente dignos.
Considerando los aportes de la psicología educacional, pedagogía, didácticas y neurociencia, los docentes planifican los cursos tomando en cuenta aspectos motivacionales, atencionales y de desarrollo individual, utilizando variadas estrategias de enseñanza y de evaluación que permitan a los estudiantes el acceso a la información a través de todos los sentidos y la creación de condiciones que estimulen la predisposición y el gusto por aprender.
Con el objetivo de brindar una atención integral a cada estudiante, consideramos prioritario el trabajo interdisciplinario entre educadores, directores, psicólogas, psicopedagoga, fonoaudióloga, maestra especializada en dificultades del aprendizaje y familia del estudiante, implementando las estrategias de intervención de forma asertiva en cada caso.
Animamos a nuestros estudiantes a participar de la amplia variedad de actividades de nuestra propuesta educativa. En estos espacios de participación significativa y experiencial, van desarrollando un estilo de relacionamiento colaborativo que fortalece la inteligencia emocional, donde se valora el cuidado a su persona y al otro, en una convivencia que aporta alegría, paz y el disfrute de la naturaleza.
Como Madre Francisca queremos “mirar, ver y vivir” atentos a los vertiginosos cambios en nuestro entorno y sus consecuencias. Por eso gestionamos espacios para el encuentro, el diálogo, el discernimiento en la dinámica “acción- reflexión- acción fraterna” para la formación continua de los educadores, padres y estudiantes.
Instalaciones
Tratamos de satisfacer las necesidades educativas y de esparcimiento de nuestros alumnos con:
Dimensiones:
· La superficie del colegio es, aproximadamente, 10.500 m², de los cuales se destinan 5.500 m² para áreas educativas y 5.000 m² para deportes y esparcimiento. Más de 100 m² son dedicados a laboratorios.
· Los preescolares cuentan con un sector exclusivo para ellos, con equipamiento específico para los más chiquitos.
Seguridad:
· Las instalaciones del colegio están totalmente cercadas, lo que garantiza una correcta seguridad de los alumnos.
· Contamos con la habilitación de Bomberos y con personal certificado ante este organismo.
· Asimismo contamos con servicio de seguridad institucional para la zona exterior al colegio y cobertura de emergencia móvil.
Ubicación
El colegio se encuentra en la esquina de Carlos María Ramírez y Julián Laguna, barrio Belvedere, ciudad de Montevideo – Uruguay.
Zona Privilegiada
En el entorno del San José de la Providencia se da la convergencia de líneas de transporte de una amplia zona del oeste del departamento, lo que posibilita una buena locomoción hacia y desde nuestro colegio.
Historia
María Francisca de Jesús
Ana María Rubatto nació en Carmagnola (Piamonte-Italia), el 14 de Febrero de 1844. Desde muy joven, debió enfrentar duros golpes que templarían su espíritu: la muerte de su padre a los 4 años de edad, la de dos de sus hermanas y finalmente, cuando tenía 19 años, el fallecimiento de su mamá.
Fue entonces cuando se trasladó a Turín, donde vivió con la señora María Scoffone quien se hizo cargo de ella y la ayudó a completar su educación. En Turín participó de todas las iniciativas de bien y colaboró en las obras más notables de la época: «El Cotolengo» y los «Oratorios Festivos» de Don Bosco.
Don Bosco la hizo objeto de una de sus profecías cuando dijo: «María, María, tú serás fundadora.»
A la muerte de la Sra. Scoffone, se dirigió a la localidad balnearia de Loano junto con su hermana Magdalena. Allí, Dios puso en su camino al Padre Capuchino Angélico Martini de Sestri Ponente, quien le hizo la propuesta de dirigir una obra de bien. Se trataba de asistir a los enfermos que no querían ser atendidos en hospitales, sino a domicilio. Para esto, la religiosa María Elice, estaba levantando un pequeño convento contiguo a su casa, y necesitaba jóvenes que se hicieran cargo de la tarea. Ana María Rubatto, ya tenía cerca de 40 años y la decisión de aceptar no era fácil. Sin embargo, se impuso su entrega generosa a Dios y así, el 23 de Enero de 1885, nació una nueva familia: la de las Hermanas Terciarias Capuchinas de Loano, de la cual Ana María, ya como Sor María Francisca de Jesús, fue Madre. En pocos años la obra se multiplicó y la congregación abrió nuevas casas en otras cuatro ciudades italianas.
Es en esa época que el padre capuchino Angélico partió para América, llegando a Uruguay. Al advertir las necesidades de catequizar a niños, jóvenes y adultos en esta nueva ciudad de Montevideo, pensó en la Madre Rubatto y viajó a Italia a buscarla.
En 1892, la Madre Francisca de Jesús junto a tres hermanas capuchinas: Sor Magdalena, Sor Anunciata y Sor Cayetana, partieron desde el puerto de Génova hacia la nueva aventura. Llegan a Montevideo, el 25 de mayo e inician la presencia en América de las Hermanas Capuchinas de la Madre Rubatto.
En nuestra ciudad atendían el Hospital Italiano, dos casas en el centro y una en Belvedere. Concurren buscando dar catequesis en la zona oeste de Montevideo, desde el Paso del Molino a la Barra de Santa Lucía, llevando la Palabra de Dios y compartiendo bizcochos que ellas mismas amasaban.
Es en ese entonces que consigue comprar un terreno en la incipiente zona de Belvedere. Se lo compra a Piria, urbanista de la época, a pagar en pequeñas cuotas.
Surgen así en primer lugar un Taller para jovencitas, seguido por el Colegio San José de la Providencia y la Capilla que hoy sigue luciendo su imagen sobre Carlos María Ramírez y Julián Laguna.
Después de numerosos viajes organizando las distintas casas de la congregación, la sorprendió la muerte en Montevideo el 9 de Agosto de 1904.
«La Iglesia te saluda, sor María Francisca de Jesús. Siguiendo fielmente las huellas de Francisco, el enamorado de la pobreza evangélica, aprendiste a servir a los pobres y a hacerte pobre tú misma, y marcaste a tus hijas espirituales este camino particular de evangelización. Con el crecimiento del instituto, esta intuición inicial se convirtió en profundo impulso misionero que te llevó a ti y a tu Obra a América Latina, donde algunas de tus hijas espirituales sellaron con el sacrificio de su vida ese servicio a los pobres que constituye el carisma confiado a tu congregación, para el bien de la Iglesia. Hoy te saludamos como Primera Beata de Uruguay.»
De la homilía de Juan Pablo II en la misa de beatificación (10/10/1993)
El 15 de Mayo de 2022, nuestra fundadora fue proclamada SANTA por el Papa Francisco, convirtiéndose así en la primera santa de Uruguay.
Comunidad religiosa
Siguiendo las huellas de San Francisco de Asís, esta Comunidad nació como respuesta a una necesidad de la época: atender a los niños, jóvenes, enfermos, ancianos y marginados de una sociedad que comenzaba a sentir el flagelo de la desocupación, con todas sus consecuencias de: falta de alimentos, de techo, de toda asistencia y con mucha gente desocupada vagando por las calles.
Fue el 23 de Enero de 1885 en que nace esta nueva familia: la de las Hermanas Terciarias Capuchinas de Loano, de la cual Ana María fue Madre fundadora.
En pocos años la obra se multiplicó y la congregación abrió nuevas casas en otras cuatro ciudades italianas.
En 1892 llega a Montevideo, comenzando la presencia en América. Siete veces atravesó la fundadora el océano para estar al lado de las hermanas en los dos continentes. Abrió dieciocho casas en los veinte años de su gobierno.
Durante los ocho años que duró en total su estancia en América, fueron incontables los viajes de Uruguay a Argentina y de una casa a otra. Fundó también en Alto Alegre en 1899, pero 18 meses más tarde las religiosas fueron asesinadas con los misioneros capuchinos y muchos fieles.
Hoy, luego de más de un siglo, siguen evangelizando en el mundo como la Madre Francisca.
Amor hacia la persona y su dignidad, evangelización y promoción humana y religiosa, son las aptitudes que conducen la acción de las Hermanas de Madre Rubatto, allí donde están presentes.
Las fraternidades y las casas de las Capuchinas, que van multiplicándose bajo cielos tan diversos, parecen y son a menudo pequeñas realidades, gotas en el mar, pero también son ejemplos de fidelidad creativa a un carisma vivo, que no ha perdido nada de su razón de ser, sino más bien, va adquiriendo nuevas facetas, día tras día, por los caminos del mundo.
En Uruguay, además del nuestro colegio hay otros centros de la comunidad:
Colegio y Liceo «Nuestra Señora de Lourdes», en Malvín
Colegio y Liceo «Hermanas Capuchinas», en Maldonado
Casa de retiro «Alvernia», en Barrio Atahualpa
En el mundo, la comunidad está presente en varios países.
Para mayor información de la comunidad se puede acceder a la página, en Italia, a través del siguiente link: scmrubatto
Santuario
En un tiempo en que la ciudad de Montevideo estaba en plena urbanización, la fundadora toma como punto de partida el barrio Belvedere e inicia su trayecto evangelizador hasta la Barra de Santa Lucía, en el límite del departamento.
Con gran sentido práctico se construye una escuela y un taller de corte y confección, a fin de darle a las mujeres del lugar un medio para ganarse la vida.
El ideal de la Madre Francisca era construir una casa para las hermanas y una capilla.
Esta obra se puede realizar al recibir una importante donación de María Costa, una señora muy rica que estaba al cuidado de las hermanas.
A pedido de la benefactora, la capilla es dedicada a la Santísima Trinidad y a San Antonio.
Al morir la madre en 1904, sus restos son enterrados en el cementerio de La Teja, según el deseo expresado por ella en su testamento, «.mi cuerpo sea enterrado en medio de mis queridos pobres.». Finalmente son trasladados a la capilla y se proclama «Santuario» el 9 de Setiembre de 2000.
Hoy el Santuario es un lugar privilegiado de encuentro, recogimiento y oración.
Los horarios de Misa del Santuario son:
- De martes a sábado: 17:00 hs.
- Domingo: 10:30 hs.
- Los días lunes no hay misa, el Santuario permanece cerrado