La lactancia materna es fuente de salud presente y futura. A mayor duración, mayor es su beneficio potencial.
Es el alimento de la propia especie, se trata de un fluido vivo lleno de anticuerpos y bacterias protectoras que se transforma según las necesidades del consumidor. Es por esto que es considerada por la organización Mundial de la Salud (2003), como el mejor alimento que se puede ofrecer a un bebé y niño pequeño. Se sugiere de manera exclusiva hasta los 6 meses y complementariamente con otros alimentos oportunos, adecuados y correctamente preparados hasta los dos años o más. (OMS, 2003)
Entre los beneficios más importantes para el bebé se destaca (Chile Crece Contigo-MINSAL, 2010):
- Disminuye la morbimortalidad infantil.
- Brinda inmunidad y protección.
- Reduce el riesgo de contraer enfermedades crónicas e infecciosas.
- Maduración de aparatos y estructuras.
- Favorece el desarrollo psicomotor y cognitivo.
- Disminuye el riesgo de obesidad y sobrepeso.
- Disminuye la prevalencia de anemia.
- Ayuda a conciliar el sueño.
- Calma, relaja, acompaña afectiva y emocionalmente.
- Es ecológica.
La mujer que amamanta tiene menos riesgo de contraer cáncer de mamas y de ovario, de presentar hemorragias postparto y se protege contra la osteoporosis. La lactancia materna favorece el desarrollo del vínculo madre-bebe y mejora la autoestima.
La leche materna está compuesta por más de 200 componentes entre los que se destacan: agua, carbohidratos, lípidos, proteínas, minerales y vitaminas. Todos ellos en cantidades y concentraciones adecuadas y equilibradas para el óptimo crecimiento, y desarrollo del lactante (CHCC-MINSAL, 2010).
Al ser un tejido vivo, y gracias a su composición, se digiere y absorbe rápidamente; entre 60 y 90 minutos; por esto es normal que se amamante con frecuencia. Se sugiere que la lactancia materna pueda ser a demanda. Con esto se quiere decir la cantidad de veces que el bebé pida, el tiempo y la cantidad que el bebé tome pudiendo dejar a un lado el reloj.
Además de por hambre, un bebé también puede solicitar el pecho por otros motivos como por ejemplo sueño, necesidad de contacto, cercanía, dolor, regularse, entre otras. Es por esto que tanto la succión nutritiva como la afectiva son importantes y ambas ayudan a construir el vínculo bebé-mamá. El contacto corporal piel con piel favorece el apego y la lactancia (CHCC-MINSAL, 2010). Cada bebé es particular y cada familia va aprendiendo a decodificar las señales del mismo.
Un bebé también puede solicitar el pecho por otros motivos como por ejemplo sueño, necesidad de contacto, cercanía, dolor, regularse, entre otras posibilidades.
La lactancia no debe doler. El acople asimétrico y una postura adecuada evitará que el bebé haga demasiado esfuerzo para sacar la leche, lo que puede llevar a generar heridas, dolor, y favorecerá que el mismo extraiga la cantidad de leche necesaria.
No hay límite superior para finalizar la lactancia, pudiendo ser mantenida todo el tiempo que la díada desee. La leche después del año continúa siendo alimento para el bebé y no pierde sus propiedades y beneficios. (AEP, 2015)
La lactancia es un mundo de mitos, creencias y sorpresas. La información es una gran aliada y un ingrediente clave para prevenir y poder tomar decisiones conscientes una vez llegado el momento. También lo es el apoyo y la contención.
Artículo redactado por Alfonsina Elhordoy, Puericultora en formación del Instituto Uruguayo de Lactancia
Materna (IULAM).
Referencias bibliográficas:
Asociación Española de Pediatría. (2015). Lactancia materna en niños mayores o prolongada. Recuperado de file:///C:/Users/USUARIO/AppData/Local/Temp/Temp3_Lecturas%20recomendadas%20%20-20210820.zip/Sue%C3%B1o,%20colecho%20y%20destete/Lactancia/AEP%20-%20lactancia-materna-prolongada.pdf
Chile Crece Contigo-MINSAL. (2010). Manual de Lactancia. Contenidos técnicos para profesionales de la salud. Recuperado de file:///C:/Users/USUARIO/AppData/Local/Temp/Temp3_Lecturas%20recomendadas-20210427.zip/Anatom%C3%ADa%20y%20fisiolog%C3%ADa/B-Manual_lactancia_materna%20CHCC.pdf
Organización Mundial de la Salud-UNICEF. (2003). Estrategia mundial para la alimentación del lactante y del niño pequeño. Ginebra, Suiza. Recuperado de https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/42695/9243562215.pdf?sequence=1&isAllowed=y