Sistemas de Retención Infantil: La única forma de que los niños viajen seguros.

Los siniestros de tránsito son la principal causa de muerte entre los 5 y los 29 años. No son enfermedades, no son los problemas cardiovasculares, no son las caídas graves: son los siniestros de tránsito. Por eso, como padres y adultos responsables, es que debemos hacer lo posible para que nuestros niños viajen seguros. 

¿Pero por qué los niños necesitan de elementos especiales para viajar seguros?

Al fin y al cabo, los vehículos (especialmente los más nuevos) cada vez cuentan con mayor tecnología que los hace más seguros: cinturones de seguridad, airbags, frenos automáticos, detección de salida de carril, conducción autónoma, etc. El problema es que todos esos elementos de seguridad (activa y pasiva) son siempre pensados para adultos. Y es importantísimo recordar esto: los niños no son adultos en miniatura.

Tienen una estructura física en desarrollo (tanto a nivel óseo como a nivel muscular), y cuentan además con una menor base de conocimiento (es decir, no necesariamente “saben” qué puede ocurrir en caso de un siniestro de tránsito). Además, tienen una menor tolerancia a los impactos que los adultos (fundamentalmente porque todavía tienen su estructura física en pleno desarrollo); y está demostrado que hasta los ocho años no tienen plena conciencia del peligro o del riesgo.

Y es importantísimo recordar esto: los niños no son adultos en miniatura.

Por eso, cuando decimos que los niños no son adultos en miniatura, nos referimos no solo a la parte cognitiva, sino también a cuestiones físicas: los niños tienen diferentes proporciones en el cuerpo. La cabeza de un niño representa el 30% del peso total del cuerpo (mientras que en los adultos es apenas el 6%); y es el 25% del tamaño del cuerpo (cuando en los adultos es solo el 15%).

Esto tiene consecuencias importantes en el funcionamiento de la física de los impactos: cuando un niño se cae, siempre lo hace hacia adelante y de cabeza. Y también lo hará de esta forma, cuando viaje en un vehículo. 

Desde que los niños nacen hasta que midan 1.50m de altura, deben utilizar un Sistema de Retención Infantil (SRI) cuando viajan en vehículos.

Desde que los niños nacen hasta que midan 1.50m de altura, deben utilizar un Sistema de Retención Infantil (SRI) cuando viajan en vehículos. Viajar en un SRI reduce hasta un 75% la probabilidad de lesiones en un siniestro de tránsito (cuando se viaja a favor de la marcha, es decir mirando hacia adelante).

Los SRI -diseñados específicamente para los niños-, ofrecen cinco maneras de protección en el caso de un siniestro.

Cinco maneras de protección en caso de un siniestro

  • Mantienen a los niños dentro del vehículo
  • Contacta con las partes más fuertes del cuerpo
  • Distribuye la energía liberada en el choque en más partes del cuerpo
  • Ayuda al cuerpo a disminuir la velocidad y disipar la energía de la mejor forma correcta
  • Protege la cabeza, el cuello y la columna vertebral

Hablemos un poco de cada uno de estos elementos…

Hablamos un poco de cada uno de estos elementos. Como los cinturones de seguridad están pensados para adultos que midan más de 1.50m de altura, si los niños los usan no los protegen adecuadamente. Y en vez de pasar por la cadera y el hombro (que son las partes más duras), en muchas oportunidades pasan por el estómago y el cuello (que son partes blandas). Esto provoca graves lesiones. Es por este motivo que el SRI colabora con contactar con las partes más fuertes del cuerpo. Pero, además de usar solo el cinturón de seguridad, puede producirse lo que se conoce como “efecto submarino”: como el cinturón no está diseñado para un niño, además de las lesiones producidas por el contacto con partes blandas, puede ocurrir que el niño “salga” deslizado por debajo del cinturón. Por eso los SRI también colaboran en mantener a los niños dentro del vehículo.

Los SRI están especialmente diseñados para proteger lo más importante del cuerpo de los niños: la cabeza, el cuello y la columna.

Adicional, tienen arneses especiales (fundamentalmente los SRI pensados para los niños menores de cuatro años), estos colaboran con más puntos de apoyo en el niño, lo que hace que la energía se libere en mayores puntos en menor medida. Los SRI tienen movimiento -por más bien instalados que estén- y esto es bueno: porque ese movimiento ayuda a disipar la energía liberada en un siniestro. Solo para tener en cuenta: un pasajero suelto en un siniestro a 60km/h tiene una equivalencia energética a una caída libre de un 6to. piso. La energía liberada es mucha y los SRI colaboran en extremo para que los niños no se vean afectados por ella. Por último, los SRI están especialmente diseñados para proteger lo más importante del cuerpo de los niños: la cabeza, el cuello y la columna.

Es importante recordar que la mayoría de los siniestros se dan en los entornos cercanos.

¿Dónde ocurren los siniestros?

Ahora… ¿dónde ocurren los siniestros? Esto es clave, porque nuestro cerebro nos hace trampas. En general, cuando nos vamos de vacaciones o vamos a recorrer grandes distancias tomamos todas las precauciones: todos bien sentados, todos con su sistema de retención infantil, sin mochilas o cosas sueltas en el vehículo. ¡Perfecto!

Sin embargo, cuando vamos a la escuela la situación cambia. De hecho, las famosas cadenas de padres (que llevan a cuatro o cinco niños para irse turnando en el traslado) son algo común de ver. Pero es importante recordar que la mayoría de los siniestros se dan en los entornos cercanos (de hecho, está demostrado que se dan en un radio de 10km a donde vivimos). Pensamos que la carretera es donde ocurren porque la velocidad hace que los siniestros sean más espectaculares. Pero no es donde ocurren más. Por eso es vital prestar importancia también en los trayectos cortos: ir y volver a la escuela, ir a la casa de un amigo, la ida al médico. Y siempre, obviamente, con el SRI. 


Desde el Sanjo nos queremos sumar a la causa de concientización, es por esto que contactamos a Fundación Gonzalo Rodríguez para apoyarnos en esta iniciativa.